En ambas localidades, que tienen en común la cercanía con el Nudo del Paramillo, delinquen los frentes 58 y quinto de las Farc, hasta el punto que tienen ollas comunitarias y hacen actividades con los pobladores para explicar temas relacionados con la reforma agraria y con los diálogos de paz que se desarrollan en La Habana.
De acuerdo con lo señalado por Reomedres Carrascal, alcalde de Puerto Libertador, creen en la fuerza pública pero se hace necesario mayor presencia para que la comunidad sienta el respaldo de la autoridad legítimamente constituida. Pidió una base militar permanente en Puerto López, sitio donde ocurrió la masacre de policías.
En Montelíbano la situación no es distinta. Sin embargo, hay dos frentes plenamente identificados bajo el mando de alias ‘Hermides’ y de alias ‘el mocho’. El primero de ellos fue el que hostigó la estación de policía de Tierradentro y el segundo el que emboscó a los policías del Escuadrón Móvil de Carabineros.
Los padres de familia del colegio de la localidad tampoco están mandando a sus hijos al colegio por temor a que haya un nuevo hostigamiento, pues no se ve presencia del Ejército y la Policía en las calles de la localidad.
La situación es tensa y al igual que en Tierralta y Valencia, municipios del alto Sinú, hay temor porque no quieren volver a vivir las épocas de violencia que causaron desplazamiento y muerte en esta parte del territorio nacional.
